miércoles, 13 de febrero de 2013

Tengo vida (parte 17)

Salir del caos, entrar al mundo real... veamos que pasara


Parte 17

La noche se había vuelto caída y estaba más tranquila, la cuenta regresiva había comenzado a solo cuatro días, tres días, dos días, un día para ingresarme en la clínica en Santiago,  toda mi vida había sido analizada, desmenuzada y vuelto a contar por mí en un cuaderno, no tenía idea de que habría provocado el tumor o que habría pasado si nunca me hubieran atropellado… Julián estaba con migo, estaba más que con migo, creo que ahora era su polola, si es que los vampiros tienen una.
“Si me volviera vampiro… tendría un tumor en la cabeza y pérdida de memoria?”
“Hasta donde sé, no hay enfermedades que se mantengan después de la transformación, pero si te cortan una mana y te transformas, bueno no te vuelve a crecer y si te implantan una antes de la transformación, no siempre se logran conservar al momento de volverse vampiro… conoces la historia de Frankenstein?”
“Si, todo mundo la conoce.”
“Bueno, la verdad de esa historia es que no era un científico cualquiera quien realizó las modificaciones en el cuerpo de Frankenstein, fue un vampiro, quien inspirado en estudios llevados a cabo por siglos de siglos, hipnotizo a un hombre muy inteligente, a quien opero poniéndole los brazos del leñador más poderoso del pueblo, las los ojos más bellos de una doncella y la finalmente hiso todo para transformarlo en vampiro, el resultado fue un desastre… demoramos años en retomar la paz de la comunidad vampira, primero el nuevo vampiro casi deja sin gente la provincia del norte de Rusia, luego cuando lo logramos controlar, comenzó a perder movilidad en sus brazos y esto le colgaban apenas sujetos, su creador decidió pegárselos como si cociera ropa y por esos en casi todas las representaciones le ponen puntos enormes, unas semanas antes de transformarlo le había vierto el cerebro y cuándo él se transformar no cicatrizo la herida, así que a veces se le abría el cráneo y por eso los puntos de la cabeza,  lo cierto es los brazos tenían vida propia y los ojos también, para el año diez de vida de este vampiro, fue muy conmovedor, creo que le quería morir. De todos modos los descubrimientos de este experimento, fueron tan significativos que hasta el día de hoy está prohibido transformar a alguien si este tiene algún miembro injertado de otra persona.”

Lo miré entre risas y luego extendí los brazos.
“Yo soy Frankenstein… yo ser… jajaja“
“No te rías, fue realmente un problema todo lo que ocurrió en esa época, por suerte no existían los celulares o las máquinas fotográficas… créeme, logramos cambiar la historia y dejarla como el cuento que es hoy, pero hubieron muchas personas que la vivieron y no olvidaron jamás, por mucha hipnosis que se procuró o intento de engaño, por qué crees que se acuerdan de los brazos cocidos? o de los ojos saltones?…”
“Que pasó con el creador de Frankenstein”
“Hay varias teorías, que abrazó el sol, que siguió experimentando en secreto… la verdad no lo recuerdo, pero lo más probable es que un magistrado lo haya llevado al sur, donde o lo mataron o lo encerraron de por vida.”

Miré a Julián, el poco apego por sus pares a veces me parecía extraño, es como si no le importaran del todo, no solo era frío al hablar de ellos, tampoco tenía empatía por ellos en lo absoluto.
“Por qué nunca me has propuesto volverme vampiro?”
La pregunta lo pillo desprevenido y su rostro se contrajo con espanto por unos segundos, la mirada fría volvió unos segundo después. Luego levito sobre mi cama mirando la vista de la ciudad, que debo decirlo es bellísima, para cuando regreso a mirarme, era e otra vez.
“Esperaba evitar esta conversación unos años más…”
“No sé si voy a vivir unos años más Julián, todo depende de cómo reaccione mi cuerpo al tratamiento y cuanto retroceda el tumor, según me explicó el oncólogo mi diagnóstico es medianamente grave, pero eso no quiere decir que no sea grave, sólo que no tengo riesgo vital inmediato.”
“No lo sabía…”
“No he pensado en nada de lo que habló con el oncólogo cuando esta con migo, porque es doloroso. Pero creía que por tus años de experiencia en el mundo ya sabrías que podría pasar”
“No tengo experiencia en esas enfermedades, he estado lejos de la humanidad los últimos cien años, no me parece que me he perdido de mucho… que más has ocultado?”
“Julián no seas injusto, yo no te he ocultado nada, solo he omitido detalles que no son saludables, no quiero que te quedes con migo por pena.”
“Pena… ese es un sentimiento humano, yo no tengo esos sentimientos.”
“Bueno, no quiero que te quedes si realmente no quieres hacerlo, ni quiero que te sientas forzado a nada.”
“Vas a decirme algún otro detalle que deba saber?”
“No.”
“Bien.”
Julián salió por la ventana, levitaba en el exterior y sus manos estaban apretadas, no sé si estaba realmente enojado, esta sería la primera vez que lo veía así, pero tenía la sensación de que tenía pena, no enojo… finalmente se fue y no dijo adiós. Lo busque con la mirada, pero solo habían casas, y las luces de la noche. Porque de pronto estaba tan triste… me senté de regreso en la cama, y trate de descansar, Viviana entro un par de horas más tarde, tenía los ojos setecientos debido a las ojeras y la falta de sueño, pero mi hermana no dijo nada, hacía días que estaba más callada tratando de decir algo que no quería contar.
“¿Qué pasa Vivi?”
MI hermana agacho la cabeza, la mire otra vez y esperé unos minutos, pero no dijo nada. Tenía sueño y estaba fatigada, cerré los ojos y ella se levantó de la cama, en el marco de la puerta voltio y dijo:
“No quiero que te mueras eso es todo”
Abrí los ojos de par en par, y la vi apoyada en el marco, tomando fuerza para decirme lo que estaba pensando, pero en su mirada había una nota más preocupante... ¿Qué había detrás de esta declaración? La miré y suspire, ella volvió a la cama, sentada a mí lado me miro otra vez con vergüenza.
“Hermana, es hora de que aprendas que para morir, hay que estar vivo, así de simple. Nadie tiene su tiempo comprado, o arreglado, vas a vivir hasta que dejes de hacerlo y no quiero morir tampoco, pero no saco nada con preocuparme y llorar por algo que no puedo controlar, es como si alegara en contra del accidente, si no me hubiera accidentado, no habría sufrido un paro cardíaco, no había vuelto al hospital, no sabría que tengo un tumor en el cerebro… cada cosa que pasa, tiene una razón, sea cual sea, aprende, asegúrate de que lo que aprendas te sirva y sigue viviendo. Ya se no es lo que quieres escuchar, pero créeme, no saco nada con creer que voy a morir y si no muero?”
Viviana respiro hondo y luego me abrazó, parecía una niña de cinco años contándome que creía que había alguien debajo de la cama, en estos casos me preguntaba porque me comportaba como su madre y no su hermana, pero así soy yo, mas madre que hermana. Los papas llegaron y cuando subieron a mi pieza, traían un regalo, no supe que decir, solo los miré y lloré.

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