viernes, 15 de febrero de 2013

Tengo vida parte 21

Salir del caos, entrar al mundo real... veamos que pasara


Parte 21
Los días y las semanas, parecían tan iguales que no fue hasta que regresé al hospital para hacerme chequeos médicos, que no entendí cuanto tiempo realmente había pasado, la enfermera que estaba embarazada, estaba en su post-natal, la paciente con cáncer terminal había muerto poco después de que saliera del hospital, todo había cambiado, se habían hecho mejoras sobre todo en el jardín de la clínica, alguien había donado dinero para hacer un paseo con flores y árboles, habían contratado un paisajista y se veía francamente paradisíaco  Pero eso no era lo que más me asustaba, era saber que parecía más muerta que viva, por mucho que me esforzara por estar más presente e incorporarme lo cierto es que estaba tan débil que apenas y caminaba, a veces inclusos apenas y abría los ojos, la luz… me hacía doler todo.
Julián, mamá y papá se turnaban para cuidarme durante el día y la noche, Viviana me visitaba prácticamente todos los días, pero lo más extraño es que no recordaba prácticamente nada de lo que me hablaban, pasaban unos minutos y lo olvidaba todo. Había subido de peso, al menos no era un esqueleto como el primer mes, y tenía más color en mis cachetes…
“hola doctor”- dijo mi madre y yo levanté la cabeza, lo miré unos minutos y me costó reconocerlo, me costó llegar al recuerdo y saberme su nombre.
“Hola”- respondió el, pero su voz no concordaba con la voz que yo recordaba y demoré unos minutos en entender que podría estar resfriado. “Como está tu?”- dijo mirándome a la cara.
“Yo… estoy bien… gracias por… yo estoy bien.”
“Es bueno saberlo. Dime cuales han sido los síntomas más recientes?”
“los síntomas… “
No necesite decir mucho más, el medico miro los exámenes de laboratorio, la ecografía a mi corazón, el scaner al cerebro y las placas de la radiografía que mostraban un punto banco en medio de mi cerebro.
“Parece que no ha cambiado en nada la cosa -dijo después de mirar una imagen y otra-, eso es bueno, no has empeorado, tampoco mejorado. Tendrás que hacer más ejercicios para la memoria eso sí, quiero que intentes lo siguiente, comienza a escribir tu vida, desde algún punto no muy lejano que recuerdes muy bien y trata de llegar hasta el presente. No debes escribirlo todo de inmediato, basta con que escribas un poco cada día y si te entusiasmas escribe más, todos los días, ve por partes, cuando llegues al presente, conversaremos del tema.”
“Doctor, pero si voy a escribir de mi pasado hasta el presente y solo un poco cada vez, no voy a llegar nunca al presente”
“Buena lógica, eso no se ha alterado con el tumor… mmm… si la idea no es que llegues al presente, es que ejercites recordar.”
“Bien lo are, tengo una pregunta, como está el tema del corazón…”
“Se ve mejor, debes saber que hay cosa que no son inmediatas, la cirugía que te hicieron fue compleja, tendrás un poco de dificultad cardíaca pero si haces caminata de bajo impacto -ladee mi cabeza con cara de que me está hablando-, si sales a caminar en un sector plano, por entre quince a veinte minutos, vas a ir recuperando tu capacidad cardíaca  el proceso es lento, tienes que ir con calma, la herida está sana y se ve cicatrizada, el corazón no tiene zonas oscuras y el punto donde estaba el coagulo esta aun calcificado, eso probablemente no cambie nuca, pero no implica un daño inmediato, tal vez cuando seas mayor tenga algún impacto, tal vez nunca lo tengas. Eres muy afortunada, tienes un ángel de la guarda que te cuida.”

Salimos de la consulta y yo miraba el pasto, el jardín nuevo de la clínica y lo que se había hecho hasta ahora era tan bello que me sentí en otra parte. Mamá me pregunto si quería ir a ver departamentos, pero la verdad es que tenía sueño, la mire y sonreí, ella supo que ya había olvidado la pregunta y la repitió.
Fuimos a tantas partes que no supe si era búsqueda o caza de departamento… pero francamente era algo de temer buscar en la capital. Guarde los folletos de los que realmente me gustaron por precio y calidad, lugar, etc. Después de le pedí a mamá me llevara a una librería y compre un cuaderno y varios lápices de pasta de colores. En casa de mi abuela, acostada otra vez en la cama de visitas, de plaza y media, en completo silencio escribí sobre la primera hoja “Tengo Vida”, había pensado escribir mi vida, o mi historia, pero lo cierto es que eso sentía, que tenía vida y que quería hablar de ella, y como dijo mi doctor desde el momento que recordara mejor, mi accidente.

Durante días me debatí en que escribir, si hablar de Julián como el vampiro que conozco o si hacer mención como el conocido y amigo que de transformó para mí, por una parte creí que si alguien leía esto creería que estaba loca, luego porque no sabía si convenía recordarlo todo. Al tercer día hablé con Julián y le propuse que si llegaba a morir se llevara el cuaderno consigo, por ahora el no sabría que había anotado y no tendría idea de cómo había contado la historia, pero lo mejor era creer que si me llegara a pasar lo peor, podría saber él como me sentí junto a él estos meses que llevo conociéndolo, sería mi recuerdo para su eternidad… eternidad que palabra más rara… no me gusta, realmente no me gusta… es demasiado tiempo.

“Estas segura de lo que dices hija?”
“Si, lo estoy. Es hora de que tengamos nuestro lugar para vivir, la abuela y su casa ayudan, pero quiero llegar a mi cama y a mis cosas y no quiero estar en Santiago mucho tiempo más. Podemos partir mañana a viña y yo estar esa noche en mi casa.”
“Si podemos, pero alguien te tiene que cuidar…”
“Mamá, quieres ir a cuidarme a mi casa?”
“Bueno, veré si puede ayudarme Vivi y como lo hacemos con tu papá y con Julián.”
“Julián sólo tiene tiempo de noche”
“A veces creo que ese, muchacho es un vampiro, sólo lo veo de noche.”
“También lo he pensado madre… pero no Julián trabaja de día y hace muchas cosas, tiene negocios en varias ciudades, no solo en Valpo y en Viña…”- mentí descaradamente a mi madre, le mentí y fui tan convincente que hasta ella se lo creyó, pero lo cierto es que era tan evidente que sólo lo veíamos en la noche, que era tremendamente formal como de otra época, que estaba cuidándome toda la noche despierto, etc., que no era difícil sumar dos mas dos y de pronto eso me dio miedo.

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