viernes, 15 de febrero de 2013

Tengo vida (ultima parte)

Julián se quedó conmigo esa noche y muchas otras, me ayudó con sus capacidades supernaturales a sobrellevar dolores de cabeza, malestares y a disfrutar dentro de lo que se puede de lo que es estar vivos y sufriendo, a tres años del tratamiento mi cáncer está a raya, mi corazón late perfectamente y mi vida ha vuelto a ser la de una persona más normal, me costó mucho recuperar peso, sobre todo porque nadie te dice que retienes agua como condenado en una parte del proceso y por Dios que duele todo el cuerpo.


He tenido que hacer muchos ejercicios para mi memoria, aprendí otra vez a tocar el piano, no es que no supiera, es que tuve que recordar cómo hacerlo y practico todos los días. Ahora tengo una casa más mía en la capital donde estoy casi medio año y el resto del tiempo en el puerto, donde compre mi casa sus dueños, fue una cosa fortuita, mi casa era originalmente de unos abuelitos, quienes al morir heredaron a sus hijos, nadie quería hacerse cargo de esta casa, así que les hice una oferta y la aceptaron, ahora remodele parte del primer piso y estoy viendo cómo mejorar el segundo, sobre todo porque aunque me encanta la distribución y el tamaño, creo que es hora de modernizar un poco los espacios.


Anoche volví a soñar con Julián, la misma escena que me daba miedo, hace poco descubrí que tal vez en una vida pasada lo había conocido, Julián me contaba sobre el tema de las vidas y como muchas veces las personas que él había visto en un siglo, volvían a parecer más adelante, y él sí creía en la reencarnación eso me lo dijo desde que lo conocí y cosas que yo pensaba eran completamente contrarias a sus sola existencia.


Aprendía a volar, me falta práctica pero puedo levitar diez centímetros sobre el suelo, requiere de mucha concentración, pero según me contó Julián la levitación existe desde hace mucho en China y se sabe que hay humanos que la han logrado alcanzar plenamente Todavía recuerdo el accidente y a Julián parado en la mitad de la calle volando… Creo que nunca olvidaré esa primera vez que lo vi, fue demasiado irreal.


Aunque me lo ha propuesto, rechace volverme como él, hace poco se enojó y no lo vi por cerca de tres días y me di cuenta que sigue siendo un niño en cuestiones de la vida, así que de verdad no me convence su discurso de estar para siempre juntos.


Visité un par de veces a mi jefe, creo que él estaba más feliz de verme de lo que imagine, me ha llamado muchísimas veces la última vez me ofreció un puesto de Ejecutivo Sénior… O algo así, que implica que ya no sería su asistente, pero lo cierto es que no quiero volver a estar encerrada todos los días en un edificio para ganarme el pan de cada día, prefiero francamente ser vendedor ambulante antes de eso.


Aunque igual he organizado evento de la empresa de modo externo y me ha pagado bien, aun no decido si quiero trabajar formalmente, el dinero que tengo en el banco con todas las cosas que he hecho aún me alcanza para vivir tranquila y cobre el seguro de cesantía y tuve hasta hace poco el pago de la licencia médica, claro que ya renuncie formalmente a la empresa y ahora veo todos mis gastos médicos por mi cuenta.


En días como hoy me pregunto, ¿dónde estaría hoy si no me hubieran atropellado’… o si no… o sino… Creo que soy muchísimo más feliz gracias a todo lo que paso, a que si nunca hubiera pasado.


Mis papás siguen esperando que formalice con Julián, yo sigo diciéndoles que hay que esperar unos años antes de ponerse de novia (con un vampiro), mi hermana está trabajando, le ha ido bien, y hace poco cuando hizo su tesis, me usó de estudio de caso, la cifra de mujeres que sobreviven un cáncer al cerebro, maligno, con pérdida de memoria y con problemas cardiacos, es tan baja, que parece que fui el ejemplo de ‘único sujeto que ha sobrevivido’, después descubrí que era porque la gran mayoría o perdían el juicio o terminaban con depresión y francamente el dolor es tanto que en algún punto me pregunté si lo superaría… Pero aquí estoy, sobreviví a casi todo… Debo admitir que ya no uso bikini porque tengo una cicatriz en el pecho y que a veces olvido los nombre de los elementos cotidianos y eso me asusta, pero luego recuerdo que es normal en alguna medida, y que si algo estuviera mal, los exámenes lo revelarían… Ah! me hago exámenes cada tres meses.


“Hola”


“Hola.”


“Que vamos a hacer esta noche?”


“Tengo una idea, llévame a volar”


“Nélida, sabes bien que no puedes volar por cualquier parte de la ciudad y que hay que ser precavidos de no hacerlo todas las noches, ayer ya volaste…”


“Para que preguntas, ¿si no vas hacer lo que yo quiero?”


“Bueno, vamos a volar”.


"Bueno, pero antes..."


Me acerco, lo besó y lo abrazó con fuerza, él sabe que quiero hacer y no hace falta explicaciones, me sostiene por la cintura y me levanta del suelo, le quitó la camiseta y suspiro en su pecho... 


Macarena García Donoso.


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