jueves, 7 de febrero de 2013

Tengo Vida (Parte 8)


El sonido de una máquina y un dolor horrible en el pecho, fue lo primero que escuche antes de abrir los ojos, pegue un grito de esos de película que se escuchan a dos cuadra, un grito que me salió del alma. Estaba tan aturdida que no lograba mantener los ojos abiertos, había gente a mi alrededor estoy segura, pero no sabía quiénes eran ni qué estaban haciendo.


“Sabes cómo te llamas?”, preguntó una voz de mujer…

Claro que sé mi nombre, qué importancia tiene, me duele todo el cuerpo, que me está pasando… ¿Qué ha pasado?… La mujer repitió la pregunta mirándome a los ojos, la miré y respondí con dificultad, lo cierto es que tenía la boca seca y me costaba hablar.


“Nélida”

“Está de vuelta- dijo- ahora llévenla para la UCI, yo iré a hablar con su hermana.”


La mirada de un hombre me llamó la atención, yo lo conocía… quien era… me desvanecí.


Desperté desorientada, no sabía dónde estaba o qué estaba pasando y un monitor sonaba marcando los latidos de mi corazón con un bip de tono regular. Julián estaba junto a mi cama, lo miré, parecía dormido… Un vampiro durmiendo de noche… Eso es extraño…


“No es de noche, -dijo él- son las tres de la tarde –me miró sonriendo a medias- yo no quise dejarte sola… Además esta habitación no tiene luz solar directa, tiene un sistema de climatización y persiana para evitar la luz natural, llevas dos días en la UCI y yo solo desde ayer en la noche cuando comprobé que podría quedarme sin problemas he permanecido junto a tu cama.”

“Tienes los ojos color negros…”

“No he comido nada en estos últimos dos días”

“Pero en un hospital, podrías hipnotizar a una enfermera y conseguir sangre…”- le respondí como si fuera lo más normal del mundo andar hipnotizando y bebiendo sangre en un hospital.


Me miró sin comprender, luego caí en cuenta que no se había movido de mi lado, por eso no se había alimentado y que no quería irse, ¿tendría miedo?... De pronto caí en cuenta que había otra pregunta mucho más importante que formular, ¿Que me había pasado?, pero estaba tan cansada que no logré decirle mucho, intenté sonreír y me comencé a quedar dormida otra vez. Julián se quedó junto a mí, sostenía mi mano entre las suyas… Desperté más tarde, con la cabeza más despejada y menos dolor. Julián estaba exactamente donde lo había visto la última vez, ahora estaba completamente despierto.


“¿Qué me pasó?”-pregunté tratando de despertarme del todo.


Después de un suspiro largo, en que él sopesar mi capacidad de compresión y la necesidad de decirme la verdad, me explico que probablemente producto de la agitación un coágulo que estaba viajando por mi cuerpo se había instalado en mi corazón, había tenido una trombosis seguida de un paro cardíaco en casa, después me contó cómo habíamos llegado al hospital, debió convencer a mi hermana para que se subiera a su espalda, me había tomado en brazos y nos trajo corriendo desde casa, luego la había hipnotizado y le había borrado la memoria de lo ocurrido, dado el estado de shock de mi hermana no había sido difícil, ella recordaba haberme encontrado gritando, haber llamado a mis padres y haber salido a buscar un taxi, había hablado con el conducto, me había subido al auto con su ayuda y haber llegado al hospital.


“Mi hermana no recuerda haberte conocido entonces.”

“No eliminé ese recuerdo para asegurar que no tuviera paradigmas que después la pudieran hacer dudar de los recuerdos implantados.”

Aunque me parecía bien su razonamiento, lo encontraba triste, mi hermana olvidaría haber vivido una experiencia casi única.


“Deberías ir a alimentarte, no luces bien.”

“Puedo pasar semanas sin comer, no es necesario que coma ahora no estoy mal, sólo preocupado por ti.”

“Te sientes culpable de casi matarme por segunda vez?...- no dijo nada- bien recuerda que no tenías como saber que había un coágulo amenazando mi vida y que si no te hubiera besado, todavía creería que tenía que decirte lo que pensaba hacer antes de que llegaras a casa…”


Julián me miró desconcertado, yo traté de sonreír pero me costó un buen resto, él se acercó y tomó mi mejilla, estaba completamente serio.


“Ven -le susurré- acércate, ven”


El hizo caso y puso su cara a unos centímetros de la mía, podía percibir lo frío de sus rostro, quería besarlo,  quería sentir otra vez como me hacía flotar por la habitación estar sobre él mientras que el ‘nadara’ en el aire… Cerré los ojos e inspiré hondo, deseaba… Él me besó, con tanta delicadeza como si tocara un pétalo de flor, su contacto me produjo un cosquilleo en la piel, instintivamente puse mis manos en sus cara y la acerque más a mí, él se dejó llevar yo me olvide de donde estaba, del dolor en el pecho, de la sensación de cansancio y disfrute de un momento de completa intimidad.


“Siempre creí que los vampiros podían sanar a los humanos, en las historias se dice que la saliva o la sangre de ustedes podía sanar las heridas, restaurar fracturas, cosas así.”

“Hay vampiros que tiene esa habilidad, pero la verdad es que se ha descubierto que existen menos posibilidades de crear conflicto con los humanos si ustedes viven sus dificultades y sufren sus accidentes, además lamentablemente si bebes mi sangre puede que te termines volviendo loca, o que te vuelvas intolerante a mí, el otro efecto puede ser que te obsesiones conmigo… Creo que debes conocerme realmente antes de que pruebes mi sangre, y aunque estaba en peligro, no hubiera podido justificar haberte dado a beber de mí, ellos no las aceptarían, ya se han visto casos similares… y las consecuencias para mi pueden ser la muerte.”

“¿Consecuencias para ti?”

“Si, existe una parte de la asociación los Vigilantes, ellos pueden encontrar una irregularidad en el fluir de la energía cotidiana y presentarla en una reunión, como nuestra sangre guarda nuestros recuerdos, un segundo vampiro, que actúa como juez, bebe una gota de mi sangre y si se me encuentra culpable de un delito contra la comunidad, se me condenaría a la muerte.”

“O sea que están organizados de verdad…”

“Si desde hace más de tres mil años, se dice que hubo una época de salvajismo donde no solamente éramos un peligro, sino que estuvimos al borde del exterminio, los que sobrevivieron a eso, crearon las reglas y son los vampiros más viejos, ellos son los jueces, hay varios pero para Chile está Ba, un vampiro que es de la época en que se construyeron las pirámides, se rumorea que él conoce a la primera vampira que existió, pero no sé qué hay de cierto en eso.”


Sus manos recorrían mi cabello mientras que flotaba junto a mí, en toda mi vida no había imaginado jamás que estaría tan cerca de una persona que era parte de las historia de ciencia ficción que mi hermana amaba leer, jamás creí que me sentiría tan cómoda, o que podría pensar en que me gustaría saber más de la verdadera historia de Julián, pero el sueño y la tranquilidad que envolvía mi habitación me hacía dormir, estaba tan cansada…


Desperté cuando una enfermera revisaba mis signos tarareando una canción. La mujer parecía estar en otra parte aunque anotaba todo diligentemente, no me miró hasta que le pedí agua y por su reacción ella esperaba que yo estuviera en inconsciente. Acercó un vaso con bombilla y me dejó beber. Anotó algo más en su bitácora y se fue, eran las diez de la mañana, había estado en la UCI casi cuatro días, pero aún no tenía idea de que me habían hecho para salvarme la vida, con calma revisé mi pecho, tenía una cicatriz con puntos y un tubo, parecía más un experimento científico que una operación. Revisé mis brazos y comprobé que tenía sólo una vía donde me ingresaban suero con medicamentos.


La doctora llego unos minutos más tarde, la enfermera le había avisado que estaba despierta, el rostro de una mujer de treinta y tantos años, me miraba desde los pies de mi cama, tenía la expresión serena y su tono de voz era agradable, me explico con el mayor detalle que pudo todo lo que había sucedido desde que me habían ingresado en el hospital hasta que me había despertado, me preguntó si deseaba recibir visitas y no quise decirle que había estado acompañada de Julián los últimos días, le dije que sí y aproveche de pedirle que si venía Julián lo dejaran pasar y ella me preguntó si era el joven del que hablaban las enfermeras… La miré sin tener idea de que me estaba diciendo y cuando me contó que las enfermeras de urgencia recordaban a Julián como en joven que me había salvado la vida la primera vez, entendí que nos habíamos vuelto una especie de historia mítica en que el chico salva a la chica y se termina enamorando de ella. Cuando la doctora se fue me pregunté, si sonábamos a un cliché o era sólo mi idea… 


Julián entró a mi habitación unos segundos más tarde, sonreí al verlo.

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