Cuando el entro por la puerta estiré los brazos para abrazarlo, y él se quedó flotando sobre mi cama, lo acerque a mí, puse mi cabeza entre su hombro y cabeza, inhalando profundamente, apenas una semana atrás no me habría imaginado tenerlo tan cerca y sentirme tan cómoda junto a él. Cuando estaba quedándome dormida sentí un beso en el cuello y otro en el lóbulo de la oreja, luego un suave murmullo “Tu padre tiene razón…” Julián besó mi frente y me preguntó si tenía ganas de flotar junto a él… Por un segundo dude antes de decirle que si…
“¿Estás cómoda?”-asentí con la cabeza- “Quería preguntarte algo… que me ibas a decir esa noche en tu casa…?”
Lo miré con sueño y luego murmuré lo que pensaba decirle sin mucho énfasis, él se quedó quieto y me preguntó qué opinaba ahora… Veamos hace una semana creía que no se podía interesar en mí, que no valía ni la pena que tuviera un leve interés por ti, que estaba mal siquiera pensar en él la gran parte del día y que lo mejor era echarlo de mi vida…
“Opino diferente.” -dije sin duda en la voz, no quería decirle nada de lo que estaba pensando.
“A veces eres divertida, será mejor que sepas que yo soy de la clase de vampiro que puede leer tus pensamientos…”
Me quedé en blanco, si hubiera escuchado mis pensamientos… Si estaba escuchando mis pensamientos… Y pensé en la vista de casa, en el mar, en el sonido de las gaviotas junto a mi ventana.
“No leas mis pensamientos sin mi permiso, eso no está bien”-le dije sin pensar realmente en nada y recordando el mar.
“Eres rápida, la gran mayoría de las personas no logra evitar a un telépata, pero no leo tus pensamientos todo el tiempo, solo cuando prácticamente los gritas… o como ahora cuando me parece trascendental saberlos.”
“Bien no los leas sin mi permiso, me gustabas más cuando creía que querías aprenderte mis gestos para predecir mis acciones”
“Lo cierto es que si quería aprender tus gestos, pero no puedo con ellos, predecir tus acciones… aun no, has logrado contradecirte en varias ocasiones. Pero tienes razón, no es bueno que sepa lo que piensas si quiero seguir conociéndote”
“Yo no dije eso –exclame dormida y algo extrañada, porque tampoco se me había ocurrido- yo lo que digo es que respetes mi intimidad.”
Seguimos flotando sobre la cama y en algún minuto me dejo de regreso a la cama, esta habitación tenía el techo más bajo así que no podía ocultarse en el cómo en la otra y habían varios puntos donde entraba la luz natural, así que escribió una nota que dejó en mis manos y se fue a dormir durante el día, regresaría al anochecer.
Nunca me había aburrido tanto como en la mañana del día siguiente, la televisión tenía mala programación, habría puesto la radio, pero la verdad es que no había, había leído un libro pero no tenía ni siquiera un Corín Tellado y cuando le dije a la enfermera que estaba aburrida si tenía algo para hacer me dijo que durmiera, que aún estaba demasiado débil. Un poco enojada con todo el tema, me quedé dormida.
Soñé y soñé, tuve incluso una pesadilla, pero cuando desperté no recordaba nada, ni que había soñado, ni que me había asustado. La enfermera había dejado mi almuerzo mientras dormía y subiendo un poco la cama logré quedar más cómoda para comer, pero lo cierto era que me habría encantado sentarme frente a una mesa y comer tranquila viendo el mar desde casa.
“Qué envidia”- la voz de mi hermana me hizo sobresaltar y obviamente por el salto me dolió el pecho.
“Auch!... no hagas eso Vivi. ¿Qué haces aquí tan temprano?”
“En la UCIM el horario de visitas es más largo y habría venido en la mañana pero tenía clases. ¿Cómo has estado?”
“Aburridísima, podrías traerme en la noche el libro que dejé junto al velador, creo que si no comienzo a hacer algo me volveré una planta…”
Mi hermana se echó a reír, yo traté de cambiar mi humor, pero lo cierto era que no estaba de buen humor, me faltaba algo… Viviana estuvo toda la tarde a mi lado, jugamos cartas que ella traía en su mochila y luego a inventa tu historia con la televisión, es un juego que consiste en prender la tele y dejarla sin audio, las imágenes de la película o novela nos van dando ideas y le inventamos los diálogos, no suena tan entretenido como es realmente, porque la gracias está en que uno puede estar inventando una historia de amor y resulta que el tipo besa a otra, o corta la historia los comerciales, donde también hacernos nuestra propia versión de los comerciales, Viviana siempre compite en ese punto por hacerme reír, pero hoy no lo intento.
Estábamos viendo una película cuando entró mamá, primero abrió la puerta sin hacer ruido, pero el movimiento me distrajo y le sonreí, ella se quedó mirándonos, parecíamos dos niñas de quince años después del colegio, cansadas pero muertas de la risa.
“¡Hola mamá!... ¿Y papá?”
“Sólo permiten dos personas por visita, tendrá que esperar a que Vivi lo vaya a buscar.”
“Como te fue hoy”
“Bien hija, te veo mejor.”
“Gracias.”
La mirada de mi madre delataba una discusión con papá, probablemente por alguna cosa relacionada conmigo, aunque nunca me había preocupado de ver las cosas desde su perspectiva quise intentarlo y lamentablemente no me gusto la respuesta… Mi vida no tenía nada de especial, nada de notorio o de importante, no tenía ningún legado a nadie y si el día de mañana tenía un hijo solo le dejaría un apellido y un montón de familia, ¿que iba a hacer para que algo de lo que hiciera tuviera significado y pudiera sobrevivir a la inevitable economía? Por descontado que contar que conocí a un vampiro no me hace especial… Pero algo de lo que sé hacer o he aprendido podría hacer la diferencia y mientras mi mamá me contaba que las ‘tías’ del brich habían mandado saludos y que se estaba haciendo una cadena de oración para que saliera bien librada de las consecuencias del paro cardiaco, que hasta donde sabía eran muchas, miré a mi mamá y le dije la verdad.
“No sé qué es ser feliz exactamente. O sea, sé que existe la felicidad mamá, pero no sé cómo vivirla… O como vivir e irradiarla… O como mantenerla…”
Mi madre me abrazo con cariño y cuidado, me dijo que no me preocupara pronto todo iba a estar bien, me pidió disculpas porque según dijo, no se había dado cuenta de lo dura que había sido conmigo el día anterior considerando que acababan de declararme ‘Fuera de Peligro’ y ella me ponía a pensar en la felicidad y por último dijo que no esperaba que fuera una persona notable para el mundo, porque por el solo hecho de ser su hija siempre sería una persona importante para ella, pero que esperaba lograra la felicidad.
Papá entró en medio de esta declaración y esperó a que mamá terminara para decirme que él sí sabía cómo ser feliz.
“Ama hija, debes amar la vida para ser feliz en ella… Tu cariño, eres una luchadora, te aferraste con dientes y uñas a la vida, no dejaste que nada te alejara de este mundo, bien ahora aprende a amar cariño...”
Mis padres se quedaron hasta tarde, cuando llegó Julián acaban de irse y aunque la enfermera le dijo que solo podía estar unos minutos yo sabía que se quedaría toda la noche.
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