“Tienes todo listo?”
Miré la habitación y tomé mi cartera, papá llevaba la maleta y mamá una bolsa con revistas y libros que regalaríamos ahora al área oncológica de la clínica.
“Vamos.”
“Vamos”
Caminé por los pasillos lentamente, mirando la mirada de otros pacientes y sintiéndome con suerte, yo partía y no regresaría hasta más adelante para chequeos. Caminaba cansadamente, había bajado cerca de veinte kilos y por primera vez estaba en los huesos, aunque nunca he sido gorda realmente, pero el caso es que mi madre me cuidaba como si fuera de cristal y me fuera a romper en cualquier minuto.
Viajamos a Viña del Mar directo desde la clínica y me quedé en casa de mis padres, no tenía fuerzas para alegarles que quería volver a mi casa y no lo intente siquiera. Por la noche Julián llegó formalmente a casa de mis papás y tuve la sensación de tener quince años cuando mi papá dejó la puerta de la pieza abierta y me miró con cara de ’Pórtate bien’.
“Tengo sueño”
“Duerme, yo te miraré dormir.”
“Estoy flaca…”
“Si”
“Me da nervios… me estresa rozar mis costillas con los codos.”
“Come más…”
“No tengo hambre…”
Mi mamá entró mientras que yo decía esta frase y me miró con reproche, traía la bandeja con comida.
“Julián, ¿podrías intentar que coma algo?”
“Lo intentaré”-respondió él sonriendo a mi madre.
Lo miré y no quise alegar, estaba demasiado agotada de todo. El comenzó a darme de comer como si fuera una niña de tres años y finalmente termine comiendo, el sabor de la comida en la boca era extraño, tragué lentamente y trate de contener las náuseas, Julián me miró largo rato y finalmente cuando sintió que debía hacer algo, apoyó su mano en mi vientre y luego de unos minutos la sensación desapareció.
“Podrías venir todos los días a darme de comer”
“Podría…”
Comí todo y cuando terminé el plato y el postre, me quedé dormida. Desperté cerca de las cinco de la mañana, él aún estaba en la habitación, claro que ahora la puerta estaba cerrada.
“Estuve averiguando casos como el tuyo.”
“¿Casos como el mío?... ¿que de estas hablando…?”
“Vamos, casos de personas con cáncer que fueron convertidas en vampiro, efectivamente no tendría el tumor, pero tienes que esperar a que la operación sane completamente, de lo contrario podrías terminar teniendo problemas con la herida por años, además hay que ver que tu corazón sane bien, si tiene algún soplo, eso no importa, pero si hay algo muerto o necrosado, te puede matar.”
“Así que me quieres tener cerca un tiempo más.”-declaré divertida.
“Esta vida que yo tengo es compleja, sé que puede sonar interesante, pero créeme después de cien años no querrás estar estática en una misma situación y querrás tener hijos o envejecer, o tener familia, si te vuelves vampiro, tendrás unos diez, tal vez quince años con tu familia humana y tendrás que morir para ellos…”
“La verdad es que lo he pensado mucho Julián y no quiero morir, pero tampoco quiero volverme vampiro, te veo y no sé… adoro tu compañía, pero en cien años, ¿querrás estar conmigo?, no me atrae la vida eterna como cuando era una quinceañera, me agrada la idea de amar, tener hijos, tener nietos… ver mis canas, reír hasta llorar… “
“A veces me sorprendes… mi único problema es que quiero tenerte conmigo… yo sí quiero tenerte a mi lado…”
“Julián cuantas veces te lo he dicho, ‘deja de pensar en ti’, piensa en mí… ‘Tu quiere tenerme a tu lado’ ahora, y mañana cuando ‘Tu’ no quieras tenerme cerca?... por qué no sabes amar, por qué?”
“Nunca aprendí a hacerlo en mi vida humana -respondió mirando por la ventana-… y nunca lo he intentado en esta…”
“Pues inténtalo, tal vez por eso me temías que conocer, por eso me tenías que salvar la vida y por eso estás ahora conmigo ahora…”
“Es interesante lo que dices… para mí las cosas no son coincidencias, a lo largo de esta vida he aprendido a ver un camino dentro del caos de la humanidad… pero no lo sé, la verdad no-- lo sé…”
Me beso, con suavidad, se apoyó de costado conmigo en mi cama, y me miró risueño.
“Está muy flaca, pareces esqueleto…”
“Deja de burlarte… no me agrada”
“Bueno, descansa estuve buscando información de lo tuyo y encontré cosas que me llamaron la atención… debes dormir unas 8 a 12 horas, para eliminar toxinas, así que duerme, debes mejorar para que tengas más posibilidades de vivir…”
Cerré los ojos y lo sentí besar mis manos, dormí profundamente lo que quedaba de noche.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario