Y cuando más revuelvo el pasado, más me doy cuenta que antes
era caprichosa, no recuerdo una sola ocasión en que no conquistara, consiguiera
o lograra lo que quería, recuerdo que mis caprichos me llevaban a hablar con un
tono suave y cálido, la verdad es que tú me lo recuerdas y me pregunto si
volveré a tener alguna vez… Me haces reír con tus ocurrencias y te repito que
soy madre que tengo otras prioridades, me dices cosas irreverentes y al final
termino recordarte que mi teléfono lo toma mi hijo, así que no es bueno que
escribas esas cosas, pero no haces caso, mandas mensajes de voz sugerentes y
con la voz grave, tratando de seducirme a la distancia…
Pero cuando dejo de dejamos de hablar, casi una hora más
tarde, miro el techo y me pregunto porque no soy esa que recuerdas, esa que no
le preocupaba nada y vivía un día a día caprichoso, que se levantaba con
energía y se acostaba agotada, esa que tenía la capacidad de mover gente y
guiar masas, opinaba irreverente sobre todo y te hacia mirarme con deseo sin
siquiera proponérselo…
Para cuando el Che llama, cerca de las doce, me parece tan
extraño el día, siempre he creído en el universo y las vueltas que hace, pero
traerme al presente al Che… UF! es bizarro… además escucharle decirme todas
esas propuestas en la que soy su musa, me recuerdan a la caprichosa de mí, la
que diría que no y que significa que si… que sugeriría y diría en ese tono
caprichoso lo que esperaba… y mientras que mi yo actual se disculpa y le dice
que no a todo, una chispa se prende en mí, una que me gustaría fuera una llama
y lentamente consumiera mi yo sumiso que parce doblegarse a todo últimamente.
Cuelgo el teléfono entre risas y sintiéndome extraña, cundo
estaba por quedarme dormida, mi cabeza da vueltas en las notas bizarras del día
y entonces asumo que no es tan extraño todo, que lo único extraño es que no
escuche la voz de quien quería escuchar, que las frases le Pelado me habrían gustado
fueran de él y que las propuestas de Mauricio sonarían tan bien en boca de él…
y que él no me ha dicho nada y que van tres días de completo silencio… su silencio
me provoca una incertidumbre que me duele, mientras que cansancio me llevan a
quedarme dormida.
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