miércoles, 24 de julio de 2013

Estas en mi vida (Parte 57)

Salir del caos, entrar al mundo real... veamos que pasara

Me desperté con la sensación de que había una ventana abierta, pero en realidad era solo la rendija de la cocina que armaba corriente con la rendija de mi pieza, había llovido y el día estaba frío, me levanté para darme cuenta que seguiría lloviendo y francamente no tuve ganas de levantarme, así que después de darle la leche a Maura y ordenar un poco no me preocupó estar en pijamas cuando llegaron Laila y sus hermanos.
Deméter estaba conversadora y mientras me tomaba una taza de café cargado para tratar de hacerme amino para levantarme me contó que originalmente eran cinco hermanos, la quinta hermana se llamaba Luisa y se había enamorado de un vampiro mayor, había partido a vivir con él a otro continente y no la vieron hasta que fue demasiado tarde para ayudarla.
Los vampiros vivían con sus creadores cien años antes de considerarse que eran adultos, pero Luisa tenía solo cincuenta años, estaba tan feliz de haber encontrado una pareja y poder amar, que no escucho a nadie, solo quería estar con el vampiro que amaba, por eso se había escapado, el vampiro que se la había llevado era Mercurio, la había obligado a vivir mal, a hacer atrocidades en contra de los humanos y como en ese tiempo aun no existía la comunidad, ni los magistrados, no se aplicó justicia…
La noche que la encontraron, ella había logrado escapar de Mercurio, su piel estaba transparente casi sin sangre, tenía una sed diabólica y Laila le dio a beber el remedio que los ayudaba a controlar la sed… pero en su caso algo pasó, y murió a las pocas horas, Laila nunca se perdonó a sí misma la muerte de su hermana pequeña, se prometió encontrar un remedio universal, y eso hizo, desde que cumplió los doscientos años, se fue a vivir con otros vampiros y trabajó con muchos vampiros científicos, investigo plantas y hierbas y árboles de todo el mundo.
“Mi padre- dijo Odette cunado Deméter termino su historia- nos cuidó a todos hasta los doscientos años, nos enseñó muchas cosas sobre ustedes, creo que por eso podemos convivir contigo tranquilamente. Mi padre fue quien impulso el movimiento de unión, los vampiros más viejos fueron uniendo fuerzas y ahora somos una comunidad real, en ese tiempo nos escondíamos de todo y todos, no sabíamos casi nada del mundo y créeme, a veces en 200 años no sabíamos ni la mitad de lo que ahora.”
“Porque cuando Laila los presento dijo los nombres de países que se supone proviene y por lo que entiendo esos países no existían cuando fueron creados?”- dije mirando a Odette.
“Veo que estuviste investigando”- respondió ella riendo.
“No diría investigando, solo revisando libros de historia, pero entiendo que Francia se creó casi dos siglos más tarde de que tu fueras transformada en vampiro.”
“Originalmente soy Celta, igual que Federic, pero en la actualidad los lugares de donde nosotros provenimos están es los países que mencionamos, la tradición es mas fuerte y siempre decimos de donde provenimos, es un modo de ubicar en el mapa nuestras raíces… para ustedes eso no significa nada en realidad.”- dijo pensativa.
“Yo siempre he sido de Grecia, aunque no parezca, soy menor que ellos dos, ese día cuando Laila nos presentó nos fue nombrando en el orden que estábamos frente a ti, pero si debemos ponernos en orden, sería Federic, Laila, Odette, yo y Luisa.”
Los miré asombrada, era cierto que Deméter se veía mayo a los otros dos.
“Son Celtas… desde cuando existen los vampiro?”- pregunté recordando el libro de historia que decía que los celtas eran de la época del hierro.
“Los vampiros existen desde la época la aparición del homo sapiens sapiens,- respondió Fereric, incorporándose por primera vez a la conversación- el primer vampiro que apareció es de la misma época.”

Lo miré a los ojos y sentí algo extraño en mi pecho, por alguna razón no podía pensar en nada que decirle o preguntarle solo quería escuchar su voz.
“Existe una historia sobre el primer vampiro, pero le falta información”- dijo Laila.
“Cuál es la historia?”- pregunté esperando que Fereric hablara.
“No podemos contártela,- respondió Odette- sólo la podemos saber los vampiros, es una historia para nosotros nada más.”
“Pero yo no soy humana, soy inmortal- excusé encontrando la excusa perfecta  las reglas de los humanos no se aplican con migo.”
“Tiene razón- dijo Federic- ella es inmortal, no hay razón para aplicar la lógica de los vampiros.”
Los cuatro hermanos se miraron, en un dialogo sin palabras del que no participaba, pero unos minutos más tarde Demeter habló.
“Caía el sol y se le escapaba la vida, deseaba vivir con tanta vehemencia que decidió beber la sangre de su oponente que yacía casi muerto junto a él, sintió la vida volverse al cuerpo cuando el corazón de su oponente se detuvo y esa noche no durmió, su energía era infinita, llego hasta una cueva donde se quedó dormido al salir el sol, la noche siguiente busco y busco, estaba en medio de la nada, sus ojos se habían acostumbrado a la poca luz y cuando distinguió una silueta se le acerco, la mujer le sonrió, y el bebió su sangre, bebió y bebió, hasta saciar su sed… esa es la historia del primero de nosotros.”
Los miré sorprendida, en realidad era una historia simple, pero le faltaba algunos detalles y creo que algunos fueron omitidos a propósito, tendría que ver con cómo se volvían vampiros, las historias que yo conocía decían que era un dolor intenso, y la sensación de que algo se estaba quemando, otras que tenían que ser enterrados el vampiro y su criatura para que esta se volviera un vampiro, pero en fin, no sabía que me sorprendía de esta historia, había descubierto cosas tan distintas compartiendo con ellos que este otro de los miles de detalles.
Cuando me metía a la ducha, estaba tan distraída que no me di cuenta que Odette estaba en el baño, hasta que habló.
“Te preparo algo para el almuerzo?- dijo con su voz angelical.
Después del sobre salto, le respondí que sí, pero que fuera medida con la cantidad, todavía me quedaba comida de la última vez que preparó algo, hace como una semana. Bajo el agua miraba el blanco de los azulejos y pensaba en lo que habían dicho, el primer vampiro quiso sobrevivir y ese fue el motivo que lo volvió vampiro, no pude evitar preguntarme si habría algún vampiro de esa época vivo… tenia más preguntas que respuestas otra vez.
Salí del agua y me vestí pensando en lo mismo, finalmente cuando llegue a la cocina, Odette tenía todo revuelto y los otros hermanos estaban haciendo algo diferente, me acerque a Federic y le pregunté:
“Existe algún vampiro de la época de los primeros vampiros?”
“Si, ellos están vivos, se dice que los primeros fueron ellos, el hombre y la mujer que encontró en el medio de la nada.”
“Y tienen acceso a ellos?”
“No, está prohibido hablar de ellos, o buscarlos.”
En mi cabeza, daban vueltas las palabras de Federic, estaba prohibido hablar de ellos, ¿Por qué?, te había detrás de las historia de esos vampiros, y si estaban vivos donde estaban?... la voz de Federic aún tenía ese efecto extraño, necesitaba escucharla, como su en el timbre de su voz hubiera algo que no podía evitar encandilarme, de pronto me di cuenta que él nunca había hablado antes en mi presencia y me pregunté si era a propósito.

Para cuando Odette termino el almuerzo, había comida en mi mesa para una semana entera, todos se sirvieron un poco de los diferentes platos y al final creo que comí el doble de lo que todos. Carlo llegó a eso de las siete, estaba con papeles en las manos y mientras cerraba la puerta los hermanos y yo hablábamos haciendo una sobremesa que se había extendido desde el almuerzo, reíamos y charlábamos mientras que mi Maura hablaba con toda propiedad de cualquier cosa, para cualquier persona que no supiera que eran vampiros y hubiera visto esta escena, habría creído que éramos grandes amigos reunidos después de mucho tiempo sin vernos y eso fue precisamente lo que pensó Carlo cuando nos vio, se estaba acostumbrando de apoco a ellos, aun les tenía miedo y desconfianza, pero esta escena le ayudo a bajar sus defensas, sentándose con nosotros y escuchando al grupo contando otra anécdota divertida.

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