lunes, 15 de julio de 2013

Estas en mi vida (Parte 53)

Salir del caos, entrar al mundo real... veamos que pasara

Estaba cansada de esta necesidad de pintar, quería hacer otra cosa, llevaba una semana pintando y no había salido ni a la esquina, extrañaba mirar el mar, así hable con Laila y salimos con mi hija las tres, claro que debí pelear con mi instinto compulsivo antes de llegar a la esquina y durante toda la salida estuve seria, porque algo realmente andaba mal y quería regresar a pintar, casi como si eso significara estar viva.
Maura esta tan grande, mi hija hace cosas que simplemente me hacen sonreír, así que trataba de mantener esa sonrisa por un par de minutos, pero mi cabeza estaba en otro lado, ya estaba empezando a odiar lo que sentía cuando según dijo Laila comencé a hablar… no tengo idea que dije, pero Laila anoto todo a esa velocidad increíble de un vampiro que no pierde detalle, y por lo que entiendo, predije algo… La extraña sensación de que una escena salía de mis viseras me dio asco y me mareo, pero era exactamente lo que había sentido, cuando según yo caí desmayada y en realidad solo había caído sentada y hablando en tono monótono.
Después de eso, logre sonreír y hacer las cosas sin sentir que tenía que correr a tomar los oleos y pintar. El resto de la tarde fue agradable, me reí de buena gana y llegue a casa sonriendo, pero vasto que entrara y sintiera el olor del óleo para que en mi estómago se formara esa necesidad de pintar, que en ese preciso instante deteste con el alma.
“Dime que fue lo que dije?”- pregunté mientras sentaba a Maura en su silla de comer y le calentaba la cena.
“No es lo que dijiste… es lo que significa, yo tenía razón puedes ver el futuro, - luego se fue por el papel- léelo tú y dime que es lo que ves?”- dijo extendiéndome el papel.
La caligrafía de Laila era impecable y clara, así que leí un par de veces antes de conseguir hacerme una idea de lo que estaba leyendo.
“Están frente a frente, quiere entregarme algo, pero no me ve, sus ojos me buscan y parece que hubiera una niebla entre nosotros, lo veo gritar mi nombre, lo veo correr y toparse con el otro, pero el otro tampoco me ve… Estoy aquí, estamos aquí, porque no nos ven?”- leí otra vez en voz alta y por primera vez logre imaginar lo que decía, en una calle con Maura en brazos, con ambos cerca y sin encontrarnos.
“Bueno logras imaginar algo?”
“Sí.”
“Ves esa capacidad de hablar y crear imágenes en los otros, es de los que pueden predecir el futuro, es probable que en tu vida como mortal la tuviera menos desarrollada y ahora se desarrollara, o que se desarrollara solo ahora… también es posible, pero esto es menos probable, que lo desarrollaras cuando te volví inmortal… pero eso no puedo explicártelo en realidad, solo tú lo sabes.”
“Yo pintaba desde que supe que tenía cáncer, me agradaba pintar escenas que se me ocurrían, más que pintar fotos o naturaleza muerta, me acuerdo que cuando estaba embarazada fue más fuerte mi necesidad de pintar, te acuerdas de la exposición que hice en esa época… los cuadros los había pintado en cuestión de semanas…”
“Pero esos cuadros eran sobre las cosa que habías vivido con Carlo y Julián, no eran sobre el futuro… claro que tal vez, esa necesidad de pintar y sacar fuera de tu cabeza las escenas, es lo mismo que te motiva a pintar ahora… pero que pintes cosas que pasaran eso nunca te pasó?”
“No realmente, recuerdo que algunas veces soñé cosas que sucedieron más adelante, pero no eran cosas trascendentales, eran solo… retazos de futuro… fragmentos… detalles, sensaciones o colores de unas escena…”
“Estoy en lo correcto, se debe haber activado en tu la capacidad de adivinar el futuro.”
“Pero Laila, porque no me había pasado antes?”
“Porque antes, no había predicho nada que fuera realmente importante y ahora sí.”

Un escalofrío me recorrió la espalda y miré a Laila a los ojos, tratando de encontrar en ellos una respuesta a porque ahora me estaba dando miedo lo que sentía. Pero no dije nada, solo volteé a ver a mi hija que esperaba su cena y se la comencé a dar en absoluto silencio.
Caro llego puntual y nos encontró en la cocina, miro a Laila y trato de sonreír, pero la verdad estaba contrariada y  vi en sus ojos el reflejo del miedo, pasando a un entendimiento y luego a la calma. Nos saludó y luego se acercó a nuestra hija, que dormía en mis brazos, mientras con Laila compartíamos una taza de té.
“Todavía no me acostumbro a la idea de que los vampiros coman… me parece tan raro.”- dijo cortando el silencio incómodo.
“La verdad es que la única vez que comí sangre delante de ella –dijo apuntándome a mí- la cara de asco no se la quitó nadie en horas.- y luego se echaron a reír.
“No es justo, además había considerado que tal era necesario que comieras  sangre porque tu naturaleza es lo mejor para reponerse- reclame roja de vergüenza.
“Bueno, que te trae por el puerto?”
“Vine a verlos, es bueno que sepas a que mí me gusta el invierno y no el calor del verano, así que viajo todos los inviernos a Chile  además me encanta esta ciudad, la pequeña Europa de sus cerros, me parece tan agradable que es como estar en casa.”
Laila no le contesto, pero hablo tanto, que Carlo se quedó conforme y no volvió a preguntar, Laila se quedó hasta tarde con nosotros, después de que Carlo se fue a dormir, nos quedamos hablando un buen rato. Para cuando se fue de casas, estaba cansada, pero miré mis pinturas y actué por automático, ni siquiera me cuestione lo que estaba haciendo.
Para las tres de la mañana había pintado tres telas, que si ponías una junto a la otra eran una secuencia de imágenes que trasmitían la persecución de alguien y la búsqueda de alguien más, las figuras estaban en medio de una ciudad, los edificios y las calles parecían interminables, no parecía Valparaíso… miré otra vez y reconocí la casa de Julián… será que volveré a España?, me pregunté sentándome a mirar las telas.
Julián, Julián, Julián… su nombre se repetía en mi cabeza y algo me molestaba que tenerlo presente otra vez en mi vida, porque volvía ahora… porqué?
Cuando me acosté junto a Carlo este se despertó y me miro con su cara de deseo, que en términos simples significa que no voy a dormir, me llevo hasta él y me beso el cuello mientras que apretaba su cadera contra la mía, su cuerpo aun atlético gracias al gin y su fuerza ejercida con esa mezcla de ira contenida, me encendían el deseo, esperé a que llegara a mi pecho y reaccioné, abrazándolo con fuerza, respondiendo con las misma necesidad de cercanía que él tenía, cuando me desprendió del pijama, estaba completamente extasiada, quería tenerlo, quería sentir su ritmo, quería que me besara con fuerza y que me hiciera parte de él… Pero algo sucedió… cuando volví en mí, Carlo me tenía en sus brazos, y me acariciaba la cara, me miraba con miedo de que no regresara.
“Que pasó?”- pregunté con la voz ronca.
“Es lo que quisiera saber, te desmayaste…”- Carlo me miraba con pánico.

“Ya calma -dije abrazándolo-, no pasa nada.” – me acerque a él y comenzó a llorar.

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