viernes, 12 de julio de 2013

Sigue caminando, todo va a estar bien.

Miré sus manos, estaba tan descolocada que creo que solo me sostenía en pie por sus manos, que sostenían mi mano izquierda con ese calor que siempre me calmó… pero ahora… ahora era momento de irme, no sé cómo, aún no había salido corriendo... pero allí, estaba escuchando su voz pausada, haciendo acopio de mi poca valentía para escucharle, lo que era tan lógico y tan cierto que no quería admitir, mientras solo sostenía mi mano cerrada sosteniendo eso que terminaba de separar nuestros mundos…
Un par de lágrimas se asomaron y trate de respirar hondo, trate de recordar que estaba parada sobre mis dos pies, quería irme, salir corriendo, quería… quería dejar de mirarte, quería… quería y no pude evitar retroceder, para cuando soltaste mi mano, recordaba tus palabras “Tu puedes ver cosas que yo no” y me habría gustado que vieras lo que yo veo… que por un momento supieras, lo que yo sé…
Me acerque hasta ti, me hundí en tu pecho... tu cálido pecho, tu olor me dejo sin pensamientos, solo sensaciones, y la clara sensación de que todo va a estar bien, todo… y trate de ahogar mi pena en esta certeza, o controlar mis lágrimas, pero quien dijo que yo era más fuerte que esto?... quién?...
Cuando nos separamos y me arme de valor para salir, necesite recordar que salir de tu casa implicaría aceptar todo lo que hemos acordado sin alegar más, ya sabía de sobra lo que pensaba, ya habías escuchado, ya habría reclamado todo y habíamos dicho suficiente, pero salir… salir por esa puerta ahora, significaba aceptar lo que decías, los segundos parecían escaparse y no sabía si tenía valor suficiente para cruzarla y darle ese significado a mi partida… tal vez por eso cuando había llegado la primera vez, entre, cerré la puerta te miré, abrí la puerta y salir de tu casa sin decir nada… en algún lugar de mi cabeza estaba tan claro que hablar y aclarar todo, implicaba tomar una decisión sobre nosotros, sobre lo que no quería decidir realmente.
Aceptar, estaba aceptando lo que habías dicho… aceptando… la verdad, es que me dolía tanto la incertidumbre como la certeza… así que te mire a los ojos, suplicándole a mi conciencia que no dijera nada de lo que me arrepentiría y esperé a que te movieras, abriste la puerta con un ademan de despedirte… y cuando acercaste tu mano a mi rostro te detuve… no podía soportarlo te habría besado sabes, te habría robado un beso, si solo hubiera tenido una oportunidad, así que te detuve diciendo “no más”, y pensando déjame partir…
Me miraste desconcertado por mi actitud y camine a la puerta sintiendo tu mirada, atravesé el umbral y apoyándome en la pared junto a ella, te sentí detener mientras cerrabas la puerta, así que tome el pomo a mi espalda y la cerré por ti, tu no tenías idea de que me sentía mareada y no hubiera podido caminar directo al ascensor, necesitaba un momento y cuando todo comenzó a calmarse, camine, caminé y vi la puerta de escape, de pronto estaba subiendo las escaleras, los siete pisos que nos separan, los treinta ocho escalones entre cada piso, fueron el único modo que se me ocurrió de reaccionar y cuando sentia que todo me daba vueltas al rededor, me repetía “Sigue caminando… sigue caminando” y podía escuchar mi voz retumbar, como dándome ánimos… "sigue caminando"…

Para cuando llegue a mi casa, estaba más tranquila, recuerdo que miré mi reflejo en el espejo y no lo reconocí: “quien es ella tan triste?”me pregunté, lavando mi cara y borrando mis lagrimas… me metí en la cama y mire el móvil, tenía la sensación de que era tiempo de que leyeras lo que había querido mandarte desde la tarde, pero que todas las veces que te iba a mandar dudaba, sintiendo que era mejor verte antes… dudaba y lo borraba, dudaba y mirando la pantalla te lo mandé… Cerré los ojos y me dormí, con la sensación de que todo daba vueltas a mi alrededor… todo va a estar bien... sigue caminando, todo va a estar bien.... 

No hay comentarios.:

Publicar un comentario