Todo partió cuando mi amiga me invitó a salir, que más da,
salir por la ciudad de noche un miércoles no puede ser tan malo. Salimos y
comenzamos a hablar sobre nuestras cosas, nuestros dilemas, las decisiones y en
eso ella va y me cuenta “es que el año que viene me voy a ir a Australia”…
Tengo pocos amigos, muy pocos para alguien sociable, y que
una de las 4 personas más importantes de mi existencia me diga, de golpe y
porrazo, que se va a vivir a otro país y en otro continente, me dolió.
“Peor porque?”
“Porque puedo… soy joven, no tengo hijos…”- siguió hablando,
pero no la escuche… no tiene hijos…
Y entramos al bar, donde por la hora había happy hour, o
dicho en castellano compras un trago y te dan dos por el mismo valor. Que
me dijeron, no tomo nunca, pero el amaretto sour, es uno de los pocos líquidos alcohólicos
que no solo tomo sino que disfruto y con los cigarros que me habían regalado la
noche anterior, comencé a beber.
Como a la media hora, tenía el cuerpo adormecido y como
veinte minutos después comencé a hablar fuerte, ósea estaba ebria… y no solo ebria
por el trago, la falta de comida y el cansancio me hacían efectos secundarios
interesantes.
Comencé a cantar “Tututurururitturur” imitando la melodía de la dimensión
desconocida, en una versión chillona y mi amiga terminó pidiéndome que le leyera
la mano, así que le dije su futuro interrumpiendo mis predicciones con el ‘tururtutururutu’
de la canción, hace años que no leía las manos, pero ella lo necesitaba más que
yo… y como ultima mente estoy viendo cosas en las personas sin grandes esfuerzos, quise ayudarla… y
si se va a Australia…
Para las doce de la noche, figuraba hablando en inglés
fluido con un francés y dos Hindúes (de india no la religión) sobre lo extenso
y bello que es mi país, lo bello que son las ciudades, lo contrastados que son
los lugares, como hay ciudades tan pequeñas que uno cruza la plaza y sale del
pueblo, y otras tan grandes como la capital, etc… di jugo, como dicen aquí en mi
país, y mucho, me explaye en detalles y Uf! di mucho jugo en inglés.
Para las doce y treinta decidí volver a casa, y que mejor
que hacerlo en micro, total esta capital no es ‘tan peligrosa’… cuando esperábamos
terminamos de hablar con mi amiga sobre los detalles que ella no había querido
hablar, como que soy una persona demasiado entregada a otros, que él debería
valorarme más o mejor lo mande a la esquina, y que ella se encargaría de
ayudarme a conocer hombres que valiera la pena, mientras que yo le respondía a
todo con mi ya conocido “estamos en ‘The Twilight Zone’, tururtururr” y ella
solo reía.
Cuando llegue al edificio y tomé el asesor, no pensé en nada, solo
apreté el botón y me reí de mi cara pálida en el espejo, cuando crucé el
pasillo no pensé en nada, había estado hablando con Él por whats App y
simplemente toque la puerta, para cuando abrió dije: “llegué!” y me metí en su
cama…
Lo reconozco, no debería tomar tanto… simplemente no estoy
acostumbrada a la sensación de alcohol en mi cuerpo y peor aún, no debería
tomar tanto sin haber comido, menos mal que el solo me recibió y me dejo dormir.
Aunque admito que es graciosos que abriera a las 1:30 de un día jueves por la
madrugada... pero no debí llegar así a verlo, creo que siento que estoy perdiendo
el control de todo y quiero retener a mi lado las cosas, mi departamento, a él
y ahora mi amiga.
Despertar y reconocer que no actuaste bien no es algo que me
agrade, me toco pedir las disculpas pertinentes, y espero que el universo ayude a apaciguar las cosas, a no tenerle tanto
miedo o reticencia a los cambios, estoy francamente agotada de no poder
asimilar bien las cosas, y temo estar llevando a otros con migo.
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