martes, 23 de julio de 2013

Estas en mi vida (Parte 56)

Salir del caos, entrar al mundo real... veamos que pasara

Mi familia

Se complica el tema y se complica más, Carlo cree que hay algo que le estoy ocultado, no lo dice pero lo cree y lo puedo ver en sus pensamientos, lo que a él le molesta es que cree que tiene relación con Julián y no sospecha que tiene que ver con mi salud.


Partí tomando el preparado todas las noches, llevo casi dos semanas y no he visto una mejoría increíble, pero no me ha vuelto a faltar el aire y estoy con un poco más de ánimo, Laila dice que cuando revisa mis signos vitales mi corazón late a buen ritmo, creo que no he hablado en detalle de esto y tal vez es porque no me gusta, pero esa tarde que Laila escaneo mis signos, hizo algo que no sabía podrían hacer los vampiros, puso sus manos sobre mi carne y esta se volvió transparente formando una especie de círculo traslucido y a medida que movía la mano podía revisar mis órganos y podía intensificar este círculo y ver los órganos que estaban más atrás, la experiencia la primera vez fue tan extraña, ver cómo se mueven mis pulmones o ver el color de la sangre y las venas que rodean el cuerpo, me descoloco y solo lo catalogue de desagradable, pero ya me estaba acostumbrado a esta tarea e incluso no me incomodaba tanto.


Por otro lado los hermanos de Laila, tenían acceso a mi casa y sabían que como norma debían avisar su presencia, así que entraban por la puerta, aunque no la de la casa, a veces por la de la cocina, otras la del baño, etc.


Mi pequeña se ha acostumbrada a Federic y cada vez que lo ve corre a sus brazos y lo lleva a jugar con ella y él le retribuye el cariño con el mismo entusiasmo. Deméter, siempre serio y retraído se limitaba a contarme los últimos chismes de la comunidad de vampiros, las cosas que Laila no comentaba porque consideraba innecesario, pero él en cambio le gusta hablarlas dice que si estoy informada es mejor para mí, así fue como me enteré de la negociación que había hecho Laila para conseguir que la comunidad me dejara vivir en paz por el resto de mi vida, entre Cedro y Gaius habían logrado convencer a otros vampiros que mis características y personalidad les hacía pensar que era una persona de confiar.


Laila ha estado más tiempo en casa que el resto de sus hermanos, porque en realidad aún no logro acostumbrarme a todos y recién ahora estoy entendiendo, a qué se refería Julián cuando dijo que nosotros los humanos no resistimos la compañía de los vampiros por mucho tiempo. Es muy extraña sentir la presencia de alguien que tiene muchísima energía fluyendo a su alrededor, mientras que uno se va apagando o varía su nivel de intensidad, además saben de todo tipo de temas, no se interesan en detalles emocionales, viven un día a día eclipsado en el tiempo o dicho de otro modo, tiene un eterno presente, uno que no tienen duda que va a vivir, así que nada los apremia realmente, excepto comer y como ellos son de los vampiros que optan por la comida cuando, vienen a casa suelen prepara sendos banquetes, aunque solo probaran un poco de cada cosa y ya. Lo que a mi parecer carece de lógica, porque preparo lo justo para cada comida.


“Bueno, te espero… si no hay problema, vale, vale, nos juntamos en mi casa.”- terminé de decir a Viviana.

“¿Viene para acá?”- dijo Laila.

“Si, viene en cosa de media hora, traerá a mi sobrina y probablemente vendrán mis papás más tarde. ¿Por qué?”

“En realidad hace tiempo que no ves a tu familia, será mejor que nos vayamos”-dijo Deméter.

“Bueno, como quieran, procuren tocar la puerta de entrada de casa si quieren volver a venir cuando ellos estén aquí, no van a entender que toquen la puerta del baño en cualquier momento…”- los cuatro me miraron y asintieron, luego se fueron a la otra dimensión.


No puedo creer que me acostumbre a todo, menos a tener a los cuatro juntos…’ Pensé cuando se habían ido. La verdad es que no es que me moleste tenerlos, es que algo en mi me hace sentir incómoda, como cuando al principio de mi relación con Julián cada vez que se quedaba en casa durante el día, lo único que quería era no verlo… Es la misma sensación irracional.


“Mamá, la tía Vidiana está en la perta.”- dijo mi hija sacándome de mis pensamientos.


Cuando mi hermana entró con su bolso y mi sobrina, una ráfaga de viento helado me rodeo y lo supe, Viviana está embarazada, de verdad no sé qué me dio esa certeza, pero la tenía y cuando se sentó en el living mientras nuestras hijas jugaban a nuestros pies, la mire a los ojos y volví a tener la certeza, Viviana está embarazada. Mire la libreta que tenía colgando de mi muñeca y comencé a ojearla distraídamente, mientras mi hermana me contaba de un jardín de niños, donde quería ingresar a su hija y que creía sería ideal para mi hija.


“¿Estás escuchando?”

“Si, claro. Estabas diciéndome que te entrevistaste con la dueña del lugar y te agradó el ambiente que había, pero no me has dicho el nombre del lugar.”- respondí sacando mis ojos de la libreta.

“Libélula, así se llama. Creía que estabas leyendo. ¿Podrías decirme porque traes una libreta colgada en la muñeca?… ¿no te molesta?

“No, es cómoda, el lápiz está sujeto de ella por el espiral y puedo anotar cualquier cosa que necesite sin olvidarlo- respondí apresuradamente tratando de no olvidar esta mentira, aunque sonara lógica.


Viviana siguió hablando y luego fuimos a preparar la leche de las pequeñas, tomamos algo de té mientras reíamos de lo extraña que estaba la distribución de la casa y yo trataba de no maldecir a Odette por cambiar todo de lugar.


Carlo apareció a las cinco treinta con cara de cansado y la mirada triste, pero no dijo gran cosa, Vivi le contó sobre el nuevo jardín y cuando llegaron mis padres a eso de las seis treinta, mi casa volvía a ser la casa de ruidos y conversación que siempre quise. Mis padres bromearon porque el último en llegar fue el marido de mi hermana, quien había tenido una reunión de última hora que lo había retrasado, las niñas se durmieron abrazadas en el sillón viendo una película y todos conversamos hasta tarde.


En la madrugada me levanté a buscar agua y recordé la libreta de notas, algo de lo que había visto en ella me había llamado la atención, cuando me acostaba prendí la luz de mi velador y la revisé con calma, esta vez leyendo su contenido más detenidamente. “Va a tener un niño, que llamará Matías”, fechado hace dos meses atrás, esa predicción no era como las otras que hablaban en metáfora era directa y clara… lo que me hacía pensar que era de una persona mortal… O séa que mi capacidad de ver el futuro se extendía a otras personas y yo que creía que solo podría predecir mi futuro… Seguí leyendo la libreta y asombrándome con su contenido. 


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