Parte 50 - Regreso a casa
Colombia
Laila salió al patio unos minutos más tarde y Carlo le sonrió, estaba tan cerca de mí que no pude evitar sentir el calor de su cuerpo, era la primera vez que sentía que él me atraía realmente.
“Me acompañas a la cocina, preparé el desayuno.”- dijo Laila como si esto fuera lo más natural del mundo.
Me levanté con Maura en brazos y Carlo me dedicó una sonrisa. Entramos y Laila fue directo al grano, explicando que el trauma de Carlo impedía borrale de una sola vez la memoria, que incluso creía que tal vez era mejor que él tuviera sus recuerdos, con lo que eso implicaba. Después de un rato de aclarar temas y comparar cosas, recordé el tema de la dimensión paralela, ¿Cómo habían logrado entrar a la casa y como habían descubierto la dimensión paralela de Laila?
“Tenía razón cuando dijiste que podía ser modificado el hechizo a través de Julián, por lo que hablamos anoche, lo hicieron leer algo que no recordaba y por el tipo de lenguaje que usaban sé que era un hechizo, lamentablemente Julián no recuerda todo, su sangre fue alterada con una inyección de sangre de otros vampiros, así que reinstale todos los hechizos de esta casa, cuando lleguemos a la tuya habrá que hacer lo mismo.”
“Hay muchas cosas que no sabía hasta antes de llegar a esta casa, creo que mi vida nunca va a volver a ser como antes, pero Laila, ¿Estás segura de que no van a poder llegar hasta nosotras?”
“No, no lo estoy, solo tengo la esperanza de que no lleguen y que cuando lo hagan tengamos todo preparado para ellos, aunque debo admitir que tu hiciste un excelente trabajo cuando te tocó enfrentarlos.”
“Si, lo hice -dije con tono de duda-, Laila no recuerdo casi nada de lo que pasó allá…”
“Es normal, la memoria tiende a bloquear los malos recuerdos, además actuaste movida por la adrenalina, así que debe haber estado activo tu sistema primaria y eso quiere decir que bloqueaste todos los miedos probablemente y activaste tu yo primario, cuando volviste a ti misma debes haber desbloqueado el miedo y tu cerebro hizo el resto para que no entraras en colapso como Carlo.”
“Mi yo primario… no sé si lo que dices es cierto, solo sé que gracias a los recuerdos de Carlo sé cómo llegué hasta ellos, yo recuerdo la sangre, la cara desfigurada de alguien… fragmentos borrosos y no sentir dolor…”
Laila me explicó que es normal que un ser humano bloquee sus recuerdos traumáticos, que al activar mi yo primario, el cerebro me dejó en un estado automático de supervivencia y por eso se explica que hice cosas y que no sé cómo lo hice, pero sabemos que sucedieron porque veo el resultado, es más complejo que esto, pero no sabría transmitir todo lo que hablamos con Laila aquí.
Pasamos la tarde en casa y cuando armé la maleta para irme tuve un poco de miedo de volver a casa, Julián apareció al anochecer, estaba sereno, aunque supe por sus pensamientos que se sentía tremendamente culpable de lo que Carlo y mi bebé habían pasado.
En el auto rumbo al aeropuerto, me pregunté si Carlos era consciente de que él había tomado una decisión y que por eso tendría o no sus recuerdo, a solas mientras esperábamos el avión lo miré a los ojos, tenía la misma sensación de atracción hacia el que en la mañana y me parecía algo increíble que después de casi dos años y medio recién ahora me atrajera. Carlo se comportaba con la misma soltura que siempre, me abrazo en algún momento y me acerque a su pecho el latido rítmico de su pecho me dio la sensación de tranquilidad, estaba apoyada en su pecho cuando se alejó solo lo suficiente como para mirarme y me dio un beso en la frente.
“Creo que eres la persona más excepcional que he conocido jamás.”- dijo él sinceramente.
Lo miré y por primera vez desde que lo conozco me tentó su boca, me acerque hasta estar tan cerca que sentía su respiración sobre mi nariz, pero no hice más. Carlo miro mis ojos y cerrando los suyos apoyó sus labios en los míos, lentamente y suavemente, nos fuimos fundiendo en ese beso cálido. Me miró a los ojos y luego dijo:
“Realmente quisiera recordar, pero la verdad es que prefiero no recordar nada, no lo soporto la idea de saber que corriéramos peligro, no soporto saber que son vampiros o que están conviviendo entre nosotros, no soporto saber que él me trajo a tu vida como regalo, que él te ama más que a su propia vida, que nos manipulo entonces y puede hacerlo en el futuro…. No lo soporto, es demasiado. De verdad no logro entender cómo tú puedes aceptar todo esto con calma, que eres capaz de asimilar todo sin devanarte los sesos preguntándote mil y un detalles, son tantas cosas, son tantas…”
La mirada de Carlo se perdía en mis ojos, se perdía confusa, buscando un refugio un lugar donde aguardar a que todo esto decantara para él y para mí, pero esto no decantaría, si algo había aprendido después de haber vivido cinco años con Julián, es que hay un constante asombro, un constante descubrir y eso a mí me agradaba, pero desquiciaba a Carlo.
“Carlo, no sé cómo borrar tus recuerdos, eso no lo he aprendido todavía y la verdad me gustaría que los conservarás, para poder vivir nuestra historias juntos sin tantos secretos, pero si crees que es lo mejor, cuando lleguemos de regreso a Chile, habla con Laila o Julián y pídele que te borre todo lo que deseas olvidar.”- mi voz se fue apagando, y mi tono inevitablemente fue cada vez más triste.
Chile
No dijimos nada, subimos al avión, volamos de regreso a casa y llegamos al aeropuerto en completo silencio, la única que era ajena a todo era Maura, quien hacía sus gracias y a ratos balbuceaba algo, como tratando de entablar conversación con nosotros. Sacamos el auto y pagamos por estacionamiento, Carlo tomó el volante y condujo hasta Valparaíso, no fui capaz de decir nada.
En casa, solos y cansados, comimos algo frente a frente, mirándonos y aunque hubiera querido no sabía qué decirle. Carlo salió a comprar al minimarket que hay a unas cuadras y yo me quedé mirando el infinito por mi ventana.
¿Qué habría pasado si esa primera tarde que conocí a Julián él no hubiera regresado por mí? ¿Qué pasaría si cuando me dijo que era, yo lo hubiera expulsado de mi vida? ¿O si nunca hubiéramos hecho el viaje a España? Había cambiado toda mi vida, había vivido tantas cosas, había estado a punto de morir tantas veces…
Parecía una historia absurda resumida de ese modo, pero es que mi vida se había vuelto así, una historia absurda, que se negaba a ser tradicional o común, nunca me había imaginado amando a dos hombres por igual, o amando a un hombre como amaba a Julián… Si, no es un hombre, es un vampiro, pero nunca imagine amar a otro así y lo hacía…
Tampoco imaginé que era capaz de amar a Carlo y la verdad es que el sí se merecía todo mi amor, había dejado su vida, su familia y su cultura por mí y yo nunca le había sabido corresponder como se merecía, pero él seguía aquí, conmigo, ayudando, queriendo y siendo parte de mi vida…
Cuando sus brazos rodearon mi cintura, supe que era lo que haría, había tomado una decisión, voltee a ver sus ojos y las marcas de expresión de su rostro me hicieron sonreír.
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