Esa noche Laila estaba extraña, no creo
que estuviera cansada de mentir como yo, que ya parecía una excelente actriz,
dando las excusas más certeras y simples a todo tipo de cosas, Laila estaba
distraída… extrañada… no sé...
Horas antes había tenido que escuchar a
Carlo darme una cátedra sobre lo que no había hecho en toda la semana y la
conversación no parecía terminar, así que tuve que mentir otra vez.
“Carlo, me voy a dormir, estoy
francamente agotada con todo esto. Cuando tenga el tema de los pasajes te voy a
avisar, si salgo temprano dejaré una nota y prometo tratar de pasar tiempo con
Maura, pero créeme no tienes idea del lío que estoy tratando de resolver para
Laila.”
“Eres… “
“Eres… “
“Tu mejor amiga Carlo, eso soy- y clave
mis ojos en sus ojos- me quieres y no vas a discutir más con migo, confías en
mí.”- el asintió con la cabeza y se fue a su pieza. Yo subí por las escaleras y
me fui a ver a Maura quien dormía, acerque mi mano a su manito y tomo con
fuerza mi dedo, la verdad la extrañaba, pero ella entendería el día de mañana
que todo esto lo hacía por salvarla.
Estaba a punto de entrar a la ducha
cuando Laila atravesó a mi realidad, si es que se puede decir así…
“Debes venir con migo.”- dijo en un
tono serio, pero calmado
“Laila, estoy desnuda y voy a bañarme,
necesito una ducha.”- respondí fastidiada.
“No necesitas venir con migo ahora.”-
dijo en el mismo tono.
“Hasta donde sé, todavía puedo hacer lo
que quiera…”
“Debes venir con migo.”
Después de vestirme ante la atenta
mirada de Laila, camine con ella y cruce a la otra realidad. Partimos practicando
lucha, pero vencía tan fácil mente que me cruce de brazos.
“O me dices que está pasando o me voy a
tomar mi ducha caliente, que siento que me hace falta.”
“Niñita insensible…”
“De que me estás hablando?”
“De Julián…- dijo y luego me miró con rabia- de Julián que vino voluntariamente para estar en tu caso y ahora está preso, esta siendo juzgado y es probable que muera a causa de tu inmadurez… de eso te estoy hablando, tú crees que los vampiros somos insensibles, pero no es así, yo conozco a Julián hace tantos años que es parte de mí, y ahora lo voy a perder por culpa tuya…”
“De Julián…- dijo y luego me miró con rabia- de Julián que vino voluntariamente para estar en tu caso y ahora está preso, esta siendo juzgado y es probable que muera a causa de tu inmadurez… de eso te estoy hablando, tú crees que los vampiros somos insensibles, pero no es así, yo conozco a Julián hace tantos años que es parte de mí, y ahora lo voy a perder por culpa tuya…”
“Lo están juzgando, lo tienen detenido…
por eso no volvió a la casa… pero Laila yo…”
“Tu nada, tu no entiendes que las
palabras tiene consecuencias, y que las consecuencias las puede pagar cualquier
persona, a mí no me van a tocas, porque no existe prueba de relación entre
nosotras alguna, pero a él… él que pidió tu membrecía honoraria, él que te ha
amado desde que te salvo la vida… te salvo la vida y tú, como le retribuyes…”
Laila cayó al suelo llorando, sus ojos
tenia lágrimas y sangre, que rodaban por sus mejillas separadamente, su rostro
se deformaba de la pena, se veía vieja, triste, sola… yo no supe que hacer, me
habría acercado a ella, pero la verdad es que no podía, me habría alejado, pero
tampoco, estaba simplemente paralizada mirando la escena más extraña de este
día, Laila llorando.
Cerca de diez minutos más tarde el
cuadro era otro, ella se levantó, se secó las lágrimas y comenzó a hablar como en
la mañana, determinada a ganarle a su gente. Yo trate de poner todo de mi
parte, estaba agotada, pero no importaba si la vida de Julián corría peligro,
tenia que enfrentar a esos vampiros y ganar, para salvarlo, después entendí que
eso era lo que Laila quería, cuando me dijo ‘niñita insensible’, que yo salvara
a Julián del lío en el que lo había metido.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario